El transporte de mercancías por carretera y el sector del transporte frigorífico se enfrentan al enorme desafío de la transición ecológica de la actividad en un escenario de gran incertidumbre.
El sector del transporte de mercancías por carretera y, por ende, el transporte a temperatura controlada, se dirigen hacia un futuro libre de emisiones. Uno de los grandes objetivos de la Unión Europea es descarbonizar el transporte y la logística, camino complejo y que está lleno de factores que complican este plan. Así lo consideran al menos los responsables y dueños de las empresas de transporte que han participado en el barómetro sobre la electromovilidad que ha elaborado La Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC).
En este sentido, el 62% de los responsables de empresas de transporte señalan que el principal problema para la expansión de los camiones eléctricos o con otra tecnología alternativa es la escasez de infraestructuras de carga y/o recarga. Casi 1 de cada 2 empresas también señalan que la falta de ayudas y planes de financiación para acometer la inversión que supone llevar a cabo la renovación de sus flotas de vehículos. También el 49% de los encuestados considera que hay una clara falta de oferta de vehículos de combustibles alternativos adecuados para el transporte de mercancías por carretera.
Para casi 9 de cada 10 responsables de empresas de transporte, la descarbonización del sector pasa a corto plazo por el crecimiento del vehículo eléctrico, aunque a diferencia del guion de las instituciones, consideran que los biocombustibles y el hidrógeno deben ser alternativas para avanzar hacia un modelo libre de emisiones en el transporte de última milla. Por su parte, el 75% de las empresas consideran que el biocombustible es la solución más inmediata en lo que respecta al transporte de larga distancia.
Datos que reflejan la realidad de la transición ecológica del sector. Un escenario que para ser sinceros ni siquiera responde a los esfuerzos de las propias empresas de transporte por reducir sus emisiones. El 95% de las compañías encuestadas han puesto en marcha para mejorar la sostenibilidad de su cadena de suministro y el 85% calcula la huella de carbono tanto de sus servicios de transporte como de sus actividades logísticas. La optimización de las rutas de transporte y la digitalización de procesos son las medidas más repetidas ante la imposibilidad de renovar su flota con garantías a corto plazo.
