El sector del transporte por carretera español vuelve a ser presa de las protestas de los agricultores en Francia

Las manifestaciones de los agricultores por la política medioambiental y fiscal del Gobierno de Francia han afectado de manera notable a los más de 20.000 transportistas que cruzan la frontera con el país vecino cada jornada.

El sector agrario francés está en pie de guerra. En octubre y noviembre fueron los viticultores los que tomaron las carreteras del suroeste de Francia para protestar contra las importaciones de vino a granel español. Ahora, menos de dos meses más tarde, los agricultores han decidido bloquear las principales carreteras del suroeste del país para protestar contra las medidas de carácter medioambiental y fiscal que han aprobado desde el Ejecutivo francés. Desde hace ya varias jornadas, las protestas están siendo incluso violentas.

Tanto en un caso como en otro, el sector transporte español es el que sale perdiendo. Durante las primeras protestas, por ser víctimas directas, en estas nuevas manifestaciones, por usar las carreteras francesas para llevar a cabo los servicios de transporte internacional hacia Europa. El resultado es que los más de 20.000 conductores profesionales de camión españoles que cruzan la frontera cada jornada se ven atrapados con los bloqueos de las autopistas y vías de alta capacidad que se están dando en el suroeste de Francia.

Distintas voces dentro del sector del transporte de mercancías por carretera español señalan que la situación se agrava por la aparente pasividad y complicidad de la gendarmería francesa, lo que alimenta a los agricultores franceses a llevar a cabo nuevos bloqueos. La ira del mundo agrícola francés va a más y los organizadores de estas manifestaciones amenazan con bloquear el total de las grandes autopistas y carreteras de uso común como son la A6, A7, A16, A29, A62, A63, A64, A65, A66, A75, A89, N10, N20, N88, N16 y N124. De cumplirse esta amenaza, el transporte español se queda sin opciones.

Desde el sector se pide al Gobierno de España y más concretamente al Ministerio de Asuntos Exteriores que se actúe ante el Ejecutivo francés y ante la Unión Europea para evitar que estos bloqueos sigan afectando al transporte internacional español. La falta de medidas concretas, la pasividad de la Gendarmería y el ataque a la libre circulación de los camiones españoles se puede traducir en perjuicios del todo irreparables para las exportaciones españolas y, en última instancia, para la propia economía nacional.

 

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