El transporte de mercancías por carretera y la cadena de suministro en general tiene que lidiar con la presión geopolítica, la inflación en los precios y otros problemas vinculados con la actividad. Las cadenas de suministro vinculadas con el sector alimentario están al límite.
El ‘Informe de riesgos de la cadena de suministro de alimentos, bebidas y agricultura 2023’ que elabora WTW pone cifras a una realidad preocupante con la que convive el sector en su día a día. Las cadenas de suministro vinculadas al sector alimentario están soportando tensiones que están asfixiando la actividad, tanto por la situación geopolítica por la Guerra de Ucrania como por la elevada infracción de los precios del combustible, Ad-Blue y otros componentes, más allá de la propia variación que se da en los precios de los productos a transportar.
En este sentido, 7 de cada 10 directores de riesgo y de cadenas de suministro vinculadas al sector alimentario, ya sea de empresas agrícolas o de procesamiento de alimentos, consideran que las pérdidas relacionadas con la cadena de suministro han sido más altas de lo esperado en los dos últimos años. Se desprende así la realidad de un sector alimentario volátil en el que las cadenas de suministro que los surten están siendo llevadas al límite a distintos niveles.
En lo que respecta al transporte, el sector se enfrenta al problema de conseguir una actividad sostenible, reduciendo las emisiones de carbono de manera drástica. A su vez, la escasez de espacio logístico y de almacenamiento adecuado también afecta en gran medida a la cadena de suministro. De hecho, se calcula que entre el 25 y el 30% de los alimentos producidos en todo el mundo se echan a perder antes de entrar en el proceso de comercialización.
Para intentar corregir estas tensiones sobre la cadena de suministro de la industria alimentaria a nivel global, las empresas productoras y todos los actores de la cadena de valor -incluido el transporte- deben recurrir a herramientas para mejorar el control sobre todas las etapas de la cadena de suministro. Algo que pasa por modernizar la producción, diversificar las bases de suministro y las rutas de transporte, relocalizar y deslocalizar la distribución e implementar modelos tecnológicos que permitan mejorar la relación entre proveedores, transportistas y clientes.