José Luis Ábalos seguirá en el Gobierno de Pedro Sánchez como ministro, si bien la cartera de Fomento cambia de nombre y pasa a denominarse Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana.
José Luis Ábalos revalida la confianza de Pedro Sánchez como ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana en recompensa a la negociación que asumió en primera persona para recabar apoyos a la investidura y que le han permitido de nuevo exhibir sus habilidades políticas, que en el PSOE le han valido el apelativo de «fontanero».
Ábalos compartirá la cartera, ya no se llamará Fomento, con la secretaría de Organización del PSOE, igual que hizo en los últimos 18 meses, en una legislatura donde las infraestructuras prometidas a regionalistas y nacionalistas a cambio de su apoyo a la investidura colocarán a este Ministerio en el punto de mira.
El Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana es la recompensa de Sánchez a la lealtad incontestable de Ábalos en momentos críticos.
Ábalos tendrá que afrontar, desde la trastienda del partido y desde el Consejo de Ministros, una legislatura compleja en la que el Congreso contará con casi una veintena de partidos y plataformas, el más plural y fragmentado de su historia.
En esta nueva legislatura, Ábalos deberá lidiar con la subida del precio de los alquileres y con el conflicto entre los taxistas y los VTC; y avanzar en el proceso de liberalización del sector ferroviario.
Además, deberá definir el modelo de financiación de las carreteras, en especial de las vías de gran capacidad, y fijar la cantidad que se abonará a los acreedores de las autopistas quebradas que fueron rescatadas por el Estado.
Estos últimos 18 meses, Ábalos ya ha tenido que compaginar su labor en el Ministerio con la hiperactividad de un partido enfrentado a dos elecciones generales, otras autonómicas, locales y europeas.