La escasez de conductores profesionales de camión no sólo es un problema endémico en el sector del transporte de mercancías por carretera a nivel mundial, sino que va a peor. Las previsiones de IRU dibujan un escenario muy complejo con un crecimiento del 40% en la falta de chóferes profesionales en Europa durante 2022.
El sector del transporte de mercancías por carretera se enfrenta a muchos problemas en un escenario inflacionista en el que el precio del combustible y la energía no deja de crecer. Sin embargo, hay cuestiones que afectan a la actividad de manera histórica, como la escasez de conductores profesionales. La alta edad media de los chóferes en activo, la falta de atractivo de la profesión y la ausencia de un relevo generacional claro provocan que esta situación se esté agravando a pasos agigantados.
Un reciente estudio de la World Road Transport Organisation (IRU) señala que la falta de conductores profesionales de camión se va a agudizar durante el ejercicio 2022 en casi todo el mundo, conclusión a la que llega por el número de vacantes de trabajo de chófer de camión asalariado que existen en la actualidad. Ya durante el ejercicio 2021 la demanda de chóferes en Europa crecido un 42%, sin que en muchos casos las ofertas de empleo en el sector queden cubiertas.
Analizando los datos ya consolidados de 2021, en Europa la escasez de conductores ya creció por encima del 40%, con países como Rumanía, Polonia o Alemania en las que hubo entre 70.000 y 80.000 plazas de conductor de camión sin cubrir. Por su parte, en Reino Unido esta cifra alcanzó las 100.000 vacantes. Una falta de conductores profesionales que se mantendrá en niveles estables o incluso crecerá en ciertas regiones. En el caso de Europa se estima que volverá a crecer en un 40%.
En un escenario en el que hay más de 2,6 millones de vacantes por cubrir a nivel mundial, en Europa hay una escasez aproximada de 380.000 conductores de camión, cifra equivalente al 9,7% de las plazas de conductor que había disponibles. Una situación que agudiza la escasa presencia de la mujer en el sector (3,2% de los conductores totales) y la falta de un relevo generacional claro. Sólo el 7% de los chóferes tienen menos de 25 años, mientras que en Europa el 34% de los conductores superan los 55 años.