La pandemia de COVID-19 y la crisis económica asociada a la misma han supuesto un enorme revés para el transporte de mercancías por carretera. Sin embargo, el transporte frigorífico ha sufrido con especial virulencia sus efectos, hasta el punto de sufrir su campaña más caótica y desequilibrada. El aumento de la demanda inicial de productos hortofrutícolas y la falta de opciones a la hora de conjugar viajes de retorno con mercancía han creado una situación difícil de sostener para el sector.

La campaña 2019-20 para el transporte frigorífico comenzó con buenas cifras de exportaciones de cítricos, con cifras similares a otros ejercicios y subida de precios por la gran demanda. Sin embargo, este buen inicio entre noviembre y finales de enero se convirtió en una situación caótica y lejos de los estándares habituales por el COVID-19. Los efectos de la pandemia y el confinamiento generalizado provocaron un repunte enorme en la demanda de frutas y de hortalizas, seguido de un derrumbe radical del transporte frigorífico de productos que no son de primera necesidad.
Este escenario dejó un desequilibrio de exportaciones e importaciones sin precedentes dentro del sector, pese a la gran respuesta a esta sobre-demanda que se produjo en primer término. Sin embargo, la enorme dificultad para conseguir viajes de retorno a partir de finales de marzo, abril y mayo provocaron que el goteo de camiones en vacío de vuelta a España fuera casi una constante. El desplome del consumo y la paralización de la actividad industrial y económica hizo saltar por los aires cualquier línea fija de importación acordada. Ni siquiera los buenos datos de la campaña de fruta de hueso de abril frenaron la tendencia en el sector.
El descenso en picado de las exportaciones terminó de consumarse en las últimas semanas del confinamiento, sin que la desescalada y el periodo hasta la segunda ola de la pandemia haya servido para que el sector del transporte a temperatura controlada haya recuperado el pulso. El bajo consumo y turismo han terminado de erosionar a un sector que ahora se enfrenta a la segunda ola de la pandemia con temor de un nuevo bloqueo de la actividad económica, comercial y de consumo en diferentes áreas.