La propuesta de la Comisión Europea para la nueva normativa Euro 7 rebaja las pretensiones iniciales en gran medida, sobre todo en lo que respecta a los vehículos pesados dedicados al transporte.
El Consejo de ministros de la Unión Europea ha publicado un documento de orientación sobre la propuesta de la Comisión Europea para la puesta en marcha de la nueva normativa Euro 7. En un cambio de deriva total, las exigencias del nuevo reglamento en términos de emisiones de los vehículos, test, durabilidad de las baterías y vida útil de los mismos se han reducido de forma considerable. De hecho, el nuevo texto no marca diferencias significativas con la norma Euro 6 que está vigente en la actualidad.
Para los vehículos ligeros se mantienen los límites de emisiones de óxidos de nitrógeno y de otras partículas que fija ya la normativa Euro 6, aunque se tendrán en cuenta las emisiones de los sistemas de frenado y neumáticos. Sin embargo, para los vehículos pesados, entre los que se incluyen los camiones de transporte frigorífico, se rebaja incluso los niveles de emisiones de óxidos de nitrógeno y se mantienen los mismos niveles de emisiones de la norma Euro 6 para otro tipo de partículas.
En lo que desde el Consejo de ministros de la Unión Europea se define como un esfuerzo para conciliar los objetivos medioambientales de reducción de emisiones con la realidad del sector del transporte y la industria automotriz, quizá lo más sorprendente es que el texto propone un retraso de dos años en la entrada en vigor de la normativa Euro 7 para vehículos pesados y por un periodo indefinido -más corto- para turismos y vehículos ligeros. En el caso de los camiones en general y de los vehículos dedicados al transporte a temperatura controlada en particular, la normativa Euro 7 no entraría en vigor hasta el 1 de julio de 2029.
Destacar por último que la propuesta de la Comisión Europea también rebaja las exigencias en cuanto a durabilidad de los vehículos pesados Euro 7. En este sentido, se fija una durabilidad de 700.000 kilómetros o 12 años de uso -lo que antes suceda- para camiones y autobuses pesados. Cifras que junto al resto de exigencias rebajadas no han gustado por igual a los distintos actores de la industria. Mientras los fabricantes de vehículos celebran este cambio ante lo que consideraban una postura desproporcionada, las asociaciones que trabajan por la descarbonización del transporte lamentan esta reducción tan importante de las exigencias de la norma Euro 7.
