El segmento del transporte a temperatura dirigida se enfrenta, como el resto de la actividad, a la complicada tarea de completar una transición energética eficiente y efectiva. Con todo, las soluciones son múltiples en torno a la figura de los vehículos frigoríficos.
El sector del transporte de mercancías por carretera vive tiempos de cambio, con el objetivo de descarbonizar su actividad. En el caso del segmento del transporte frigorífico, esta misión se une a la necesidad de mantener la integridad de la mercancía perecedera, reduciendo a cero el impacto ambiental tanto del transporte como de la conservación del propio producto. Cada vez son más los vehículos pesados de transporte frigorífico que están impulsados por fuente de energía limpias, si bien el papel de este segmento no se queda ahí.
El transporte frigorífico ha sido el segmento de la actividad que más ha evolucionado durante las últimas décadas, pasando de los primigenios sistemas de refrigeración en camiones a los avanzadísimos sistemas de control de temperatura que hay hoy en día, lo que ha garantizado la calidad y frescura de los productos. Una evolución que se ha producido a costa de consumir combustibles fósiles en mayor medida que otro tipo de transportes, dibujando una huella ambiental mayor.
Por eso, el segmento del transporte a temperatura dirigida se erige como un punto clave a la hora de apostar por la movilidad sostenible, hasta convertirse en punto de innovación dentro del sector. El transporte frigorífico no sólo cuenta con vehículos propulsados por energías limpias, sino también las tecnologías más avanzadas en gestión de flotas, telemetría y conectividad. La monitorización de las temperaturas y el ajuste remoto según las necesidades reales también son un punto clave a la hora de reducir el consumo y hacer más eficiente la actividad.
La introducción de vehículos frigoríficos impulsados por electricidad, gas natural y otras fuentes de energía más limpias, la creación de vehículos con diseños y aerodinámicas más eficientes o de sistemas frigoríficos con un menor consumo son solo algunos de los pasos que está dando el segmento en la transición ecológica, pero son sólo el principio dentro de una actividad en el que las demandas cambiantes de los consumidores también obligan a buscar nuevas respuestas en colaboración con los propios clientes.