El sector del transporte de mercancías por carretera vive un momento crítico. Aunque hay una cierta tendencia al alza de los precios, los volúmenes estancados en la actividad y el notable aumento de los costes, especialmente de la partida destinada al Diésel. La situación empieza a ser crítica y la perspectiva a corto plazo es poco tranquilizante.
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha publicado la radiografía del sector del transporte de mercancías por carretera correspondiente al primer trimestre de 2022. Y los datos no pueden ser más preocupantes. Al evidente parón en el volumen de mercancías que se han transportado, sobre todo a nivel nacional, hay que sumar que el ligero aumento de los precios de los servicios de transporte -en todas sus distancias- queda ahogado por el aumento desmesurado de los costes, especialmente del Diésel.
Las presiones de los clientes para bajar los precios de los servicios de transporte contrastan con el incontrolable aumento de los precios de la energía y el combustible desde que estalló la Guerra de Ucrania. Aunque no se engloba dentro del primer trimestre, estas presiones se han intensificado desde que el Gobierno aprobó la implantación de un sistema de bonificación de 20 céntimos por litro de combustible, algo que intentan aprovechar los clientes y cargadores.
No son los únicos problemas con los que tiene que lidiar el sector transporte, sobre todo si se tiene en cuenta movimientos como los del Gobierno Foral de Navarra para instaurar peajes en las vías de alta capacidad de la región. Una medida que rompe el acuerdo a nivel nacional de no aplicar un modelo de pago por uso sin el consenso del sector, creando un precedente peligroso que se une a los movimientos en este sentido de Vizcaya o Guipúzcoa.
Mientras tanto, el sector ve como todas estas circunstancias agudizan la cada vez más palpable falta de conductores profesionales. Aunque son diversos los motivos para la falta de chóferes, las condiciones laborales, sociales y económicas de los profesionales dibujan una actividad poco atractiva. Y para muestra la reticencia del Gobierno de incluir al gremio de los chóferes profesionales entre los gremios que pueden acceder al sistema de jubilación anticipada, ya que las ayudas para el abandono de la actividad para transportistas autónomos no son suficientes, incluso si su cuantía ha crecido.