La Comisión Europea ha publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) dos reglamentos para detallar y matizar la normativa de comercialización de productos hortofrutícolas.
Bruselas ha publicado un reglamento delegado y uno de ejecución para completar las normas de comercialización de productos hortofrutícolas dentro de su estrategia ‘De la Granja a la Mesa’. Una cuestión que más allá de protocolos comerciales, controles de conformidad y de etiquetado de los productos ahonda en el objetivo de conseguir una producción y transporte de este tipo de productos más eficiente y con una trazabilidad más transparente para que los consumidores puedan saber de manera rápida el origen y recorrido de cada producto.
La publicación de estos dos reglamentos que detallan la normativa de comercio de productos agrícolas además sirve para armonizar y simplificar las disposiciones relativas a las normas de comercialización, los controles de conformidad y las notificaciones en el sector del comercio de frutas y hortalizas frescas. Entre las novedades, la obligatoriedad de indicar el país de origen también en frutas y hortalizas transformadas y/o procesadas, así como en los plátanos maduros. Además, las normas de comercialización serán más estrictas para más variedades de plátano.
En este sentido, el reglamento también detalle la conveniencia de tener en cuenta los factores climáticos excepcionales de algunas regiones productivas, entre las que está Canarias. Una cuestión que juega en favor de la producción y transporte a nivel marítimo y por carretera del plátano de Canarias, puesto que ahora se permitirá la comercialización de un mayor volumen de plátanos, ya que también se podrán poner en el mercado aquellas unidades de esta fruta que no terminen de alcanzar la longitud mínima establecida hasta ahora en la norma internacional.
Otro punto clave de estos reglamentos es potencial el cultivo tradicional y el consumo local de productos hortofrutícolas, aunque sus características no sean conformes al 100% a las normas que marca la comercialización a nivel europeo. Esto invita a potenciar la producción local, al comercio de proximidad y al transporte de ámbito nacional. Por último, en relación a la citada trazabilidad, el país de origen será más visible en el etiquetado y también se indicará el país envasador, además de fijar nuevas condiciones en las importaciones de frutas y hortalizas de terceros países.